Además de producir un sonido más elevado de lo normal que puede molestar y distraer durante la conducción a resto de conductores, El vehículo en este caso sufre un pequeño bajón de rendimiento, puede que un aumento de consumo y además, en caso de tener que ir a la ITV, no nos pasará la revisión de gases. En dicha prueba miden los decibelios que emite el tubo de escape, si sobrepasa los decibelios estipulados para tu modelo de coche, no la pasarás.
Pero fuera de todo esto, el problema viene para nuestra salud. Los gases, en vez de salir correctamente por el escape, lo harán por el vano motor con el peligro de que pueden penetrar en el habitáculo si por ejemplo conectamos el aire del exterior.
La falta de oxígeno sustituido por gases nocivos puede hacer que empecemos a encontrarnos mal, nos entre sueño, nuestros reflejos disminuyan y, como consecuencia, que tengamos un accidente.
Por lo tanto, en caso de que se nos cuele algún olor extraño en el coche, debemos acudir al taller para que nos hagan un diagnóstico y ver si tenemos algún tipo de avería para proceder inmediatamente a repararla.